La Niña Pastori, artista desde qué estaba en la barriga de su madre, ganó con sólo 8 años su primer concurso en la Peña El Chato de La Isla (1986). Su fama de niña prodigio fue creciendo hasta que Camarón, su Dios musical, aprovechó el homenaje
al guitarrista Niño de los Rizos para señalarla ante el mundo. Tenía 13 años (1991). Manuel Monge, hermano mayor de Camarón, le traspasó los secretos del cante de atrás. Recorrió peñas, fiestas y concursos y dedicó miles de horas a escuchar cintas de cassettes para conocer todos los estilos, variantes, ecos y remates del flamenco.
En Madrid, se cruzó en su vida Alejandro Sanz, que bajó a la Venta de Vargas para confirmar que había descubierto un diamante en bruto (1993).
Con “Entre dos puertos” (1996), grabado a los 17 años, Niña Pastori empezó a construir una carrera estable, marcada por hitos inolvidables. La canción de debut, “Tú me camelas” y la propuesta de fusión del pop con estilos del flamenco festero
arrasó.
Repitió la fórmula de éxito en “Eres Luz” (1998). Los tanguillos “Cartita de amor” y “Morao” insistieron en el mensaje identitario de sus raíces, que se extendió aún al tercer álbum. “Cañailla” (2000), el gentilicio de San Fernando, es la consagración,
el golpe en la mesa. Alejandro Sanz le dio a María un himno y a Cádiz una bandera.
“Cái” es la campaña de reputación definitiva, una manera de entender la tierra y la vida.
“María” (2002), el álbum más vendido de su carrera es un disco de descubrimiento personal, un proceso de maduración artística y complicidad que desembocó en la creación de un sello propio, una manera “suya” de sentir y expresar. “No hay quinto
malo” (2004) es una demostración de control de su carrera. María se afirmó como letrista y reveló un mundo interior más rico y poético. Con “Joyas Prestadas” (2006) y “Joyas Propias” (2007) María se da un lujo con las canciones de su vida,
las de otros y las suyas.
Con “Esperado verte” (2009) consolida su prestigio internacional con su primer Grammy Latino en la categoría de Mejor Álbum Flamenco. La historia se repitió con La orilla de mi pelo (2011), donde el flamenco se deja tocar por el pop-rock en temas
como “Cuando te beso”. Años después conquista el premio al Mejor Álbum de Folcklore con Raíz (2014), un trabajo conjunto con la mejicana Lila Downs, y la argentina Soledad Pastorutti, un disco ideado para compartir raíces musicales de
tres países, que le permitió abrazar colaboraciones internacionales con figuras como Carlos Santana. Eso la conectó con otros artistas latinos, personas cultas y extraordinarias como Rubén Blades, Juan Luis Guerra y Pancho Céspedes, que
participaron en su proyecto “Ámame como soy” (2015), cuarto Grammy Latino gracias a que el flamenco cogió nuevas joyas y se miró en el espejo de la salsa, la bachata o el bolero.
Su décimo álbum de estudio es “Bajo tus alas” (2018), otra creación íntima que sin olvidar su eco flamenco se acunó en la balada pop para compartir canciones con Manuel Carrasco, Pablo Alborán o Vanesa Martín.
Con “Realmente volando” (2018), se mostró infalible como artista y se percibió que la versatilidad, la serenidad y el dominio del espacio y los tiempos, esenciales en su trayectoria. Y en 2023 llegó “Camino”, álbum sensacional, una nueva vuelta de tuerca musical tremendamente audaz con el que abrazó su quinto Latin Grammy.
En 2024 Niña Pastori vuelve a unir fuerzas junto a Lila Downs y Soledad para alumbrar la continuación de Raíz. “Nuca me fui” supone un nuevo reconocimiento internacional con la llegada del sexto Latin Grammy de Niña Pastori en su carrera.
A finales de ese mismo año, María ve por fin cumplido el sueño de grabar un disco de fiestas, “Feliz navidad” es el regalo musical de Niña Pastori para celebrar algunos de sus villancicos favoritos. “Palillos y panderos” se convierte de manera orgánica
en un nuevo clásico navideño.
La suya es una historia de precocidad, capacidad de adaptación, perseverancia, exploración, aventura y resistencia. La de San Fernando acredita números de gran estrella del firmamento musical: más de 2 millones de discos vendidos y un
palmarés envidiable de premios y discos de Oro y Platino, logrados a ambos lados del Atlántico.
Desde que a los 8 años se subiera por primera vez a un escenario, Niña Pastori ha forjado una identidad distintiva e inigualable, fusionando de manera extraordinaria la autenticidad de su voz con las corrientes musicales contemporáneas.
Tras más de 25 años de carrera sobre los escenarios el éxito de Niña Pastori traspasa varias generaciones alrededor de todo el mundo. Su voz, su nervio y el compromiso con sus raíces —tan innegociable como sus ganas de experimentar—
han hecho de su carrera una de las más queridas y respetadas no solo por el público,sino por la crítica especializada, cosechando en su extensa trayectoria reconocimientos como 6 Grammy Latinos, una nominación al Premio Grammy de la Academia, dos Premios Dial, y diversos discos de Oro y Platino en países como España, Colombia y Argentina, entre otros logros. Además, cuenta con la
prestigiosa Medalla de Andalucía y el título de Embajadora de la Provincia de Cádiz.